La capota estaba hecha un desastre, pero este cambio me lo regaló
La tapicería no me gustaba nada, era todo demasiado cutre y en el asiento trasero había algo extraño... poco después me comentó Jose que el problema consistía en que no era el asiendo original, por lo que le encargué que me buscara uno y que luego tapizaríamos el coche. La suerte que tuve fue que encontraron mi asiento en Los Ángeles. El color de la misma y del interior lo elegimos en negro, quedando así:
Otra decisión algo más cara fue que todas las gomas fueran nuevas, ya que estas en gran mayoría estaban podridas. Al final en algunos sitio hubo que combinar nuevas y viejas ya que sino, por ejemplo, las ventanas era imposible de subir o bajar ya que las gomas nuevas eran algo más gruesas que las viejas.
Al final hubo que cambiar todo el techo (menos mal que no fue muy caro) porque estaba podrido... 35 años han hecho mella en algunos sitios.
Conclusión: El 90% del coche es nuevo, con lo que espero que dure otros 35 años más.
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